A quién le importa ...

Importa poco

que la fuente se seque. 

Ya nadie sueña.

Gime la roca ...

Gime la roca
se rebela el agua
entre las grietas.

Obra natura ...

Obra natura,
la oruga ya se acopla.
Largo el camino.

Donde no hay nada ...

Donde no hay nada
el viento se apodera
de las carencias.

A tus rodillas ...

A tus rodillas
abrazado y miedoso.
Ya amanece.

Llega el desamor ...

Llega el desamor
con las primeras lluvias.
Como lágrimas.

Hermosos versos ...

Hermosos versos,
belleza en la mirada.
Tarde completa.

Se cierra el cielo ...

Se cierra el cielo
pronto caerá la nieve.
Cabellos canos.

Igual que cristal ...

Igual que cristal
tan limpias y tan frías
bajan las aguas.

No gritas noche ...

No gritas noche,
mal recurso del poeta.
Sólo oscuridad.

Frota que frota ...

Frota que frota
resiste la lámpara.
Ríe el desierto.

Llega del norte...

Llega del norte
una lengua olvidada.
También el hielo.

Tanta ceniza ...

Tanta ceniza,
tan indigno el incendio.
Llora la luna.

Igual que nube ...

Igual que nube,
suspendida la vida.
Pronto lloverá.

Pasa la tarde ...

Pasa la tarde,
también el miedo cede.
Queda el dolor.

Deseo inútil ...

Deseo inútil
querer besar tus labios.
Y tú tan lejos.

Se va perdiendo...

Se va perdiendo,
entre tanta espesura,
el trino alegre.

Cierro los ojos ...

Cierro los ojos,
escucho esa música.
Una sóla luz.

Breve tránsito ...

Breve tránsito,
cómo elegir la senda.
Y la soledad.

Ya miente el viento ...

Ya miente el viento,
seduce hojas marchitas.
Suave tristeza.

Tristeza del insomne ...

Tristeza del insomne
que se creyó, feliz él,
desvelado.

Escucho esa música ...

Escucho esa música
y cierro los ojos,
para que la luz sea una.

Aceptar el abismo ...

Aceptar el abismo
como posible y, aun así,
amar lo llano
y el volar.

Un rosario ...

Un rosario
los instantes.
En cada uno
el estupor.
Y la vida.

Acaso haya ...

Acaso haya,
también,
en el tocar
un ver.

Alumbra ...

Alumbra,
inesperada,
una llama
donde tan sólo
oscuridad se espera.

Es el pensar ...

Es el pensar
latido del corazón.
Y, sin saber cómo,
es posible un destello
entre tanta penumbra.

El labio ...

El labio
predispuesto,
en la piel
la alegría.

Tócame ...

Tócame
donde
no duela.

Ya urge ...

Ya urge
exdentrarme,
o afuerarme,
o qué sé yo.

Ahí ...

Ahí,
todo
como inacabado.

Nos dice el sabio ...

Nos dice el sabio,
que es el tiempo
la imagen móvil
de la eternidad.
Dónde, entonces,
el consuelo
del vértigo.

En el jardín ...

En el jardín,
el otoño,
un llanto de árbol.

El otoño ...

El otoño,
fiel a sí mismo.

Todo en vilo ...

Todo en vilo,
menos
el alma.

Hieres ...

Hieres
y cortas,
filo.
En tránsito precario
y tentador
separas, también,
cielos
y caídas.

Sin ariadna aliada ...

Sin ariadna aliada
y sin ovillo eficaz
cómo penetrar, seguros,
en el tremendo laberinto
de los sentimientos
y de las emociones.

Se encontró ...

Se encontró
a sí mísmo
y no entendió
absolutamente nada.

Me acojo a la memoria ...

Me acojo a la memoria
como quien se acoge
a sagrado.
Y es mi refugio
el recuerdo de aquel rostro
que una vez
fue hermoso.

Cayó el fruto ...

Cayó el fruto
ya maduro
y fue a dar ahí,
inexplicablemente,
donde la conciencia.

Se apaga ya ...

Se apaga ya
la tarde.
Toda ella.