Nada sabe ...

Nada sabe, sin ti,
el tiempo
de su tránsito.

Ahí ...

Ahí,
en ese rincón
sin luz. Mira
ahí.

No hay ...

No hay
certeza alguna.
Son las sombras
tan reales,
el miedo
tan presente.
Y tú, faro,
qué has visto
en mí.

Quizá un paso ...

Quizá un paso,
quizá un dejarse ir
de lado.
Y es el vacío
lugar de acogida,
la quietud
de aquella promesa.

Siempre juntos ...

Siempre juntos
y qué extraños,
tiempo,
el uno
al otro.

Este vientre ...

Este vientre
vacío ya de piedras,
aliviado, al fin,
del peso
de
tanta
angustia.

A ese ...

A ese
tu volar,
pájaro,
me entrego.
Llévame ahí,
a lo alto.
Ahí.
Llévame.

Abrázame ...

Abrázame,
con esto
basta.

Forastero ...

Forastero. Tú,
que todo lo sabes,
qué buscas
aquí.

Noviembre 2016

Santa María de Besora (Barcelona)

El vagón ...

El vagón, entrevías,
rodeado de hierba
ahí en olvido.
La rama del árbol
que nadie nombra,
desprovista de pájaro.
La invención de un misterio
que pueda ocultar el miedo.
La frialdad en el deseo
para contener su veneno.
Los silencios,
las pausas
intentando una vida.

De este lado ...

De este lado,
la claridad
y poca luz.
Tras el color,
más allá,
otra percepción.
Y otro ver.



Octubre 2016
Cadaqués (Gerona)

La armonía ...

La armonía, tan anhelada,

entre la vigilia y el sueño,

entre lo uno y lo otro,

entre tú y

él.



Septiembre 2016

Stito descansa

Dãr Dalia

Jbel Lahbib (Marruecos)

De nuevo a vueltas ...

De nuevo a vueltas
con la esperanza y
sólo es repetición
de otros momentos,
de otros instantes
más o menos
confusos.



Noviembre 2016
Port Ginesta
Les Botigues de Sitges (Barcelona)

Juega la luna ...

Juega la luna
contigo
y tú, obediente,
te derramas
sobre las piedras.



Noviembre 2016
Port Ginesta
Les Botigues de Sitges (Barcelona)

Ahí ...

Ahí,
en tu tiempo.



Noviembre 2016
Río Ebro
Xerta (Tarragona)

Perdido ...

Perdido
entre silencios
y mudo
el grito,
así este tránsito
en busca de perdón.

Así tú ...

Así tú.

Palmera en el palmeral,

palmeral en el desierto. 

Así yo. 

Como tú, en mi desierto.



Septiembre 2016
En el porche de Al Amine
(Marruecos)

Apareces a deshora ...

Apareces a deshora
sucio y desnudo.
Ven,
que te lave.
Ven,
que te abrigue.

Susurro tu nombre ...

Susurro tu nombre
y es el nombre
de la flor
y su pétalo,
de la roca
y su tiempo,
del arado
y de la yunta,
del cerrojo
y de la llave
que lo invalida.

Tanta pena ...

Tanta pena
en busca de su sal,
el mendrugo
o la piedra
partiendo dientes.
Y la esperanza, ella,
ya sin valor se disuelve
en la nada.

La herida ...

La herida,
pálpito vivo.
La lengua,
rota y dolida.
El dolor
y su cura.

Al fin

Al fin,
dejar
de pensar en ti
es posible.

El vacío ...

El vacío,
vacío.
Qué
si no.

Como instantes ...

Como instantes,
tan a perderse,
así esta náusea,
ese placer,
algunas lágrimas,
tu piel y la suya,
quizá un dolor y,
también,
toda nada.

Todo concluye ...

Todo concluye.
Yo,
que te cuento;
tú,
que me lees.

Disimular ...

Disimular
que no se ama.
Ahí
reside
el dolor.

También tú ...

También tú
pidiéndole
peras al olmo.

Lento y pausado ...

Lento y pausado,
así aquel beso
inolvidable.

La sal ...

La sal
en la caricia.
Los pies
en la orilla.
La pisada
ahora honda,
luego somera.

Penumbra ...

Penumbra.
Sobra la luz
y el verbo
y el ver que era bueno
y, en fin,
tanto quehacer.

Como un mundo ...

Como un mundo,
tan ancha,
la tumba.

Me dejo un vacío ...

Me dejo un vacío
y espero.

Etéreo confidente ...

Etéreo confidente,
bien sabes
qué nos trae
esta soledad.

El deseo ...

El deseo,
la búsqueda.
La búsqueda,
el deseo.
Qué alienta que.

Soliloquio ...

Soliloquio. Aparente
silencio, inaudita locura.
Cuándo callarás.
Cuándo la imagen,
en tu mudez,
se bastará.

Quizá sea cierto ...

Quizá sea cierto
y el verbo es insuficiente.
También el verso
y el canto
y tu palabra
y tu deseo
y esta forma de querer
y de sufrir
y este acabar despacio
lo que nunca debería
haber comenzado.

Cómo llamarte ...

Cómo llamarte,
ignorante de mí,
cómo llamarte.

El poema ...

El poema
no es nuevo,
siempre a vueltas
contigo.

La mirada ...

La mirada,
de verde
llena.

Vuela cometa ...

Vuela cometa.
Asciende, tú
que puedes.

No necesita arco iris ...

No necesita arco iris
aunque también aparece
por este lugar.
Aquí canta la cigarra,
la higuera regala sombra
y la alegría.
Tanta alegría.

Dãr Dalia
Jhabel-Habib
2016

Brisa ...

Brisa.
Alegría.
La piel que
ríe.

Te me haces ...

Te me haces,
vacío,
tan palpable.

Tu olor ...

Tu olor y
el deseo.
Tú.

Sucede el canto ...

Sucede el canto
bajo el sol. Ahí,
inaudito.

Sí ...

Sí,
quiero.

Del otro lado ...

Del otro lado,
silencio
y oscuridad.
Callado y
oscuro se da
el momento.
Y
poco más.

Pensar ...

Pensar
en partir.
Preludio, ya,
de la ausencia.

Impersonal ...

Impersonal,
sin tránsito
el llover.
También
el amar. A veces.

Amor ...

Amor. Amor
que nunca
te canto.

En cada latido ...

En cada latido,
el ser. Caudal.
El compás binario
come silencios y
nutre el asombro.

El clavo ...

El clavo
en lo hondo.
La piedad
negada.
Y la risa, tan luz,
sin darse.

Juntos ...

Juntos,
al fin,
el nadie y
la nada.

Y ese plomo ...

Y ese plomo
entrañado.
Jodido él.

Miedo ...

Miedo,
qué miedo
el miedo.

Cuando todo ...

Cuando todo
olvides, qué
será de mí.

Rumor ...

Rumor que
es ya ruido. Molestia.
La distracción
como trampa. Señuelo.
Y todo
como roto.

El camino ...

El camino,
tan como siempre,
llevándome.

La posibilidad ...

La posibilidad
de todo
en el comienzo.
Tiempo
para el asombro
en los ojos del sabio,
que entiende la luz
como un ver.

Esa chico ...

Esa chico,
nos dice el poeta.
Y la tarde cae,
y yo con ella,
en un abismo
de impotente
gratitud.

Plena, en la calma ...

Plena, en la calma
que el olvido trae,
la memoria se pierde
entre si fue una risa,
quizá unos ojos,
o una urgente
necesidad de ti.

Qué le ocurre ...

Qué le ocurre
al día, todo él
tan extraño.
El tedio lo aploma.
El desamor y su rigor.

Se mueve ...

Se mueve. Sí,
qué creíais.
Y todo,
o lo que sea,
acompaña ese tránsito
que nada tiene
de especial.

El desamor ...

El desamor
que roe
la entraña.
Tan cierto. Ineludible.

Y se mueve ...

Y se mueve.
Ahora lento,
luego no tanto.
El vértigo
en la parada
inesperada
en tu regazo.
El placer,
como promesa,
ya.

Hiero y ...

Hiero y
niego.
Tan cercano
el error, como aquel
lejano perdón
no sentido.

Alarga ya el día ...

Alarga ya el día.
El tiempo y
su juego tramposo.

Errante ...

Errante.
Dónde ese retorno
que dicen eterno.
Cómo el mito
no proclama su verdad,
en ti.

Tatúo ... (Para ti, Billy)

Tatúo
con sal
tu olor en
la piedra.

Acaso tus versos ...

Acaso tus versos
no buscaban tu consuelo,
sino el nuestro.
Acaso los errores
cesen también. Esa esperanza.
Y la alegría
tan a mano.

Don ...

Don.
Así, tú.

Sólo silencio ...

Sólo silencio. Mudez.
Calma en la voz.
Todo, un mirar.
Ahora la sorpresa,
luego la adivinanza.
Como ahora el silencio
trae un ver, más tarde
vendrá ceguera.

Siempre la sed ...

Siempre la sed.
Brasa. Paladar.
Y la vida que
no se sostiene.

Cede la defensa ...

Cede la defensa. Y el grito.
Una paz como tremenda
anuncia el final.

Aún hay pájaros ... (Gracias Felipe, por tu ver)

Aún hay pájaros
que nada saben de ti.
Ven. Canta.
Anúnciate. Y descansa.

Es el la piel ...

Es en la piel. Ahí.
Frontera primera
donde se detiene
el deseo. Más, no.

La calma ...

La calma. Cómo decirlo.
Instante colmado.
Tenso de ti.
Y la alegría.

Qué pudo vencer ...

Qué pudo vencer
tu hálito timbrado
y tan claro.
Qué presagio traía
tu tristeza de amor,
y cuánta esperanza
en el agua en tus cabellos.

El tiempo dice no ...

El tiempo dice no
a su tránsito.
La hoja que cae,
en suspenso entre
el vuelo y el reposo.
Y
la saliva
seca.

Empieza lo triste ...

Empieza lo triste
a tener su peso. Esperanza.
En qué.
Cualquier cosa antes
que un milagro
imposible.

Qué te trae ...

Qué te trae
tan lejos de la brasa.
Demasiado calor. Quizá.

Vacío los bolsillos ...

Vacío los bolsillos
de la nada
que los llena. Y
los lleno con esta arena
que ya es mía.

Despertar ...

Despertar. Estreno
sin esperanza.
Un mirar hueco
tras el sueño
casi olvidado.

Y si es ...

Y si es
que
no te sé.

Un no querer llorar ...

Un no querer llorar,
ya olvidado.
Vuelve.

Llegará ...

Llegará. Cómo no.
Y tanto que
llegará.

Cómo ...

Cómo
no amarte
más.

Ese perdón rancio ...

Ese perdón rancio,
de ceño fruncido.
Todo él falso.
Sólo de verdad
la envidia de la falta.

En la oquedad ... (Para ti, Cristina)

En la oquedad,
la quietud.
Ahí, fresca y
húmeda a salvo
del hierro ardiente.

Duraré poco ...

Duraré poco
o mucho.
Me acompaña
el atributo temporal.
Yo sí, maestro,
me baño en la ribera
del tiempo.

El campo abierto ...

El campo abierto,
todo vértigo. Sin puertas.
El pozo hondo,
tan seguro. Verdad a medias.

Quietud ...

Quietud,
causa primera
nos dice
el sabio.

Llega helado ...

Llega helado
el viento que va
y viene.
Hiela la espalda. Ancha.
El alma, también,
ancha y helada.

Qué decir ...

Qué decir
si sé
que es
inefable.

En todo comienzo ...

En todo comienzo
un
y si.

Tiene su qué ...

Tiene su qué
de sensatez
gritar
en el desierto.

Insomne ...

Insomne
de miedo.
La pena cerca. Tan cerca.
Y la insignificancia
del momento.

Las monedas ...

Las monedas
en la taza barata. Sonajero
improvisado. Reclamo.
Y la miseria que sonríe,
cada día,
mintiendo esperanza.

Tu deseo ...

Tu deseo. Mi encierro.
Dónde la lima
en el mendrugo.

También se vive ...

También se vive, y
de qué manera,
en la herida. Herido.

En la piel la huella ...

En la piel la huella
del roce. Caricia.
No sabe, la piel,
qué recuerda. Sólo ríe.

El cuaderno ...

El cuaderno. La palabra
tachada. No era ésa.
Insistencia. Tensión.
Borrón. Esa tampoco.
Cuenta nueva. Haya luz.
Ocio, dicen.

Las piedras ...

Las piedras
en los bolsillos. Dejar
de volar. El peso
que no amarra.
El silencio
y un tacto
arenoso.

Cromático ...

Cromático. Conceptual.
Multidireccional. Breve.
Eso sí. Brevedad.
Qué bien. No
parece tan difícil.

Comer piedras ...

Comer piedras. Y
el hambre.
A todas horas
el dolor del recuerdo.
El recuerdo
es el dolor.

Habrá rendición ...

Habrá rendición. Sin
duda.

Preludio de qué ...

Preludio de qué
tanto vértigo
para tan escasa
altura.

Minuto ...

Minuto, ya
cumplió tu tiempo
parado en menos cinco.
Fijo. Clavado
en una pared. Triste.
Nunca sabrás
qué pretendo.

Aunque haya ...

Aunque haya
olvidado tu rostro, lo sé,
no existe el miedo.
No recuerdo
tu rostro. Tengo
tanto miedo.

El mar ...

El mar
tan lejano. Qué
de lejano.
Tu mano
en la frente
enfriando fiebre.
Y la compañia
del perro. La compañia.
Fiel, junto al olivo.

Doler, dolerá ...

Doler, dolerá. Pero
no tanto.

No poder ...

No poder
llorar. Así
estrenas soledades.

Como un dolor ...

Como un dolor
en el vientre
la falta de deseo.
Para qué el vuelo
si en lo alto da igual.
En la atenta escucha
sólo un rumor. Creo
que ya llegas.

Todo pasa. Qué sabio ...

Todo pasa. Qué sabio
es el sabio.
Pendiente. Hoja
o sortija.
Cansado, por qué todo
tan empinado.
Noche en vela. Otra más.

Pido la palabra ...

Pido la palabra
y nada importa
lo que yo pida.
A nadie.

Bebido leo ...

Bebido, leo.
La sonrisa boba
y la lágrima tan fácil.
El poeta,
paciente,
hablándome.

Y la sonrisa ...

Y la sonrisa
que se nos va,
ella, tan ufana,
nada quiere
de lo que hay.

Ahí ...

Ahí,
en lo alto.
Donde todo braceo
es esfuerzo sin más;
donde todo braceo
es inútil resistencia.
Ahí, en lo alto,
braceo,
braceo sin parar.

Será difícil ...

Será difícil
tocar fondo
y seguir abrazados,
mantener las promesas
de superficie.

Si esto te toca ...

Si esto te toca
ya cumple.
Como cumple la flauta
en su paciente reposo,
soplada una sóla vez
en prueba de artesano.

Otra voz ...

Otra voz
sin desperdicio:
aniquilar.

A ti ...

A ti,
con tus fogatas
y tus compañeros,
con tu tierra
y el canto de sus gallos;
a ti,
con ese duro
oficio de vida
que te eligió;
a ti,
de repente,
busco y añoro.

Viérteme ...

Viérteme
donde
no se note.

La sal ...

La sal
en el mar
y en la lágrima,
en tu sudor
y en el mío.

Y yo, así ...

Y yo, así,
indiferente
en mi inopia.

Muérdeme ...

Muérdeme,
manzana,
y siente mi veneno.

Pretérito ...

Pretérito
imperfecto,
siempre.

Llega el viento ...

Llega el viento
y viene como triste,
harto ya de tanto pasar.
Cómplice, callo.

Si trae consuelo ...

Si trae consuelo,
sirve.

Duelo ...

Duelo.
Un hurgar
consentido.

Dolor ...

Dolor.
Entiendes
qué silencio entraño.

Intacto ...

Intacto.
Qué habrá
que así sea.

Laberinto ...

Laberinto,
hogar
él.

Y tú, amante ...

Y tú, amante,
por qué
ya no amas.

Dónate ...

Dónate
si es posible
y no hay miedo.

Qué decepción ...

Qué decepción
tanto laberinto
con su truco.

Quién sabe ...

Quién sabe,
quizá sea posible
navegar
en solitario.

Caminar sobre las aguas ...

Caminar sobre las aguas
y que no conste.
Beber ese vino aguado
en cualquier taberna.
Llevar un dolor a cuestas
y cada caída un descanso.
Y el pan
que no falte.

Mírame ...

Mírame,
tan vencido.
El lamento
tan ignorante
de su inutilidad.

La vuelta ...

La vuelta,
a saber por qué,
tan cansada.

En el jardín ...

En el jardín
graveando pasos,
cabizbajos y sonrientes
todos, bajo el sol,
tan perdidos.

Huída fallida ...

Huída fallida,
el regreso.

Como pedrada ...

Como pedrada
en la frente,
la pedrada.

Un recuerdo ...

Un recuerdo
y la ausencia que trae.
Hoy, con esto,
me basta.

No entiendo ...

No entiendo
tu canción
ni el por qué
de mi llorar.
Tears. Tears. Tears.

Nada más ...

Nada más
que ancla abstracta,
el canto.

Se enciende la vela ...

Se enciende la vela
y qué ilumina
sino otras velas apagadas,
derretidas en un antes
que lo mismo
iluminaron.

Basta ...

Basta,
aunque no siempre,
una ventana atinada
y un mar al fondo,
visible
y a su aire.

Cómo el recato ...

Cómo el recato
permite la dispensa
de tan tristes versos.
Ellos, los versos,
nada dicen
de ansias contenidas,
ni muestran el temblor
de unos labios
que niegan el beso.
Ellos, los versos,
tan insolentes.

No pasa el tiempo ...

No pasa el tiempo
para perderse.
Soy yo
quien se pierde
y pasa.

Leo ...

Leo

"Eras, instante, tan claro".

Y ya no sé
qué hacer
con mi afán,
ni lo que de mí
espero.

Necesidad, otra vez ...

Necesidad, otra vez,
de coplas.
Cómo era
que un río
al mar iba a dar.

Así, toda espera ...

Así, toda espera,
cumple su propósito
de incertidumbre.

El cantar ...

El cantar,
en su quehacer,
se hace canto.
Ahí queda transido,
mudo,
en suspenso siempre
y, sin porvenir,
esperando.

Despacio ...

Despacio.
Poco a poco y sin buscar
aparece ese algo de valor,
suficiente,
para seguir cantando.

A qué se debe ...

A qué se debe
este no sé si don
que para nada
compensa.

Ovillado en la sombra ...

Ovillado en la sombra,
expuesto tras la intensa luz
siempre escondido.
Qué difícil
dar contigo.

Cómo hace el río ...

Cómo hace el río
para soñarse otro.
Qué recibe a cambio
de su labor de espejo.
Qué peaje impone al canto,
siempre rodando,
viajero él.

O la vida es un cantar ...

O la vida es un cantar,
o la vida es un silencio
espeso y circular,
donde campa la apatía
a sus anchas.

Una soledad ...

Una soledad
mal entendida.
Un estar a solas
estéril y, sí, triste.
Ya no hay cantar,
ni canto.

Qué tiene de falso ...

Qué tiene de falso
el paso mal dado.
A qué se atiene la torpeza
sino a un ingenuo
no saber hacer.

Cuánta sequedad ...

Cuánta sequedad,
tan cerca
del oasis.
Cuánto recelo,
tan cerca
del beso.
Cuánto miedo,
tan cerca
de la vida.

Intuyo ...

Intuyo,
pocas tardes,
la nada que me traspasa
y me contiene.
No es un vacío
sino todo lo contrario.

Nada duele ya ...

Nada duele ya,
ni el alma.
Sólo cabe un estupor
y súbito pasmo
ante tanta ausencia.

Quizá, en el fondo ...

Quizá, en el fondo,
todo decir
no sea más
que una forma
de despedida.

El error ...

El error,
a veces,
no es tal.

Estoy en ello ...

Estoy en ello,
me digo;
pero ello
dónde está.

Día triste ...

Día triste
como tantos quinces,
ya,
de este mismo mes.

Nada ...

Nada
nos hará
durar.

Cuánta ternura ...

Cuánta ternura
en el pasar páginas
y consentir en no buscar
lugares intactos.
Y se da esto
en una mañana tan cierta
como cualquier otra.

La culpa ...

La culpa,
tan atenta,
y su ingente
quehacer.

Para cuándo ...

Para cuándo
el perdón
de los pecados.

Ensayo ...

Ensayo
silencios,
sin éxito.

Qué oculto ...

Qué oculto
a ti te pregunto
que hasta aquí
has llegado.

Dónde, ahora, la luz ...

Dónde, ahora, la luz
que mañana
cegará una mirada
poco dada al ver.

Enero 2016
Castelldefels (Barcelona)

Qué busca la pena ...

Qué busca la pena,
siempre fiel
en la entraña.

El deseo ...

El deseo,
siempre atendido,
del querer querer.

Ardieron los árboles ...

Ardieron los árboles
y los claros del bosque
son, ya, otra cosa.

Por fin el tiempo ...

Por fin el tiempo
se decanta
a nuestro favor.



Pintura de Julián Luna
conolorapintura.blogspot.com

Y ese querer pensar ...

Y ese querer pensar
que se sabe
adonde se va.



Pintura de Julián Luna
conolorapintura.blogspot.com

Algún decir ...

Algún decir
habrá
que sirva de algo.



Pintura de Julián Luna
conolorapintura.blogspot.com

A qué sentir ...

A qué sentir
me entrega la nostalgia
que no siento.

Pintura de Julián Luna
conolorapintura.blogspot.com

Hace ...

Hace
tanto
frío
donde no debería.

Diciembre 2014
Castelldefels (Barcelona)

Otra tarde ...

Otra tarde,
como aquellas,
en que la tristeza
no desmerece
el sentido de la vida.

Enero 2016
En casa

Tu mano húmeda ...

Tu mano húmeda,
el frio en la ventana,
el vacío, la nada.
El abismo.

Tiene recursos ...

Tiene recursos,
el silencio,
para salir de sí.



Pintura de Julián Luna
conolorapintura.blogspot.com

El deseo ...

El deseo,
sin más,
roto.



Agosto 2008
Amsterdam

La cautela ...

La cautela,
cómo no,
en la espera.



Diciembre 2015
Xerta (Tarragona)