El clavo ...

El clavo
en lo hondo.
La piedad
negada.
Y la risa, tan luz,
sin darse.

Juntos ...

Juntos,
al fin,
el nadie y
la nada.

Y ese plomo ...

Y ese plomo
entrañado.
Jodido él.

Miedo ...

Miedo,
qué miedo
el miedo.

Cuando todo ...

Cuando todo
olvides, qué
será de mí.

Rumor ...

Rumor que
es ya ruido. Molestia.
La distracción
como trampa. Señuelo.
Y todo
como roto.

El camino ...

El camino,
tan como siempre,
llevándome.

La posibilidad ...

La posibilidad
de todo
en el comienzo.
Tiempo
para el asombro
en los ojos del sabio,
que entiende la luz
como un ver.

Esa chico ...

Esa chico,
nos dice el poeta.
Y la tarde cae,
y yo con ella,
en un abismo
de impotente
gratitud.

Plena, en la calma ...

Plena, en la calma
que el olvido trae,
la memoria se pierde
entre si fue una risa,
quizá unos ojos,
o una urgente
necesidad de ti.

Qué le ocurre ...

Qué le ocurre
al día, todo él
tan extraño.
El tedio lo aploma.
El desamor y su rigor.

Se mueve ...

Se mueve. Sí,
qué creíais.
Y todo,
o lo que sea,
acompaña ese tránsito
que nada tiene
de especial.

El desamor ...

El desamor
que roe
la entraña.
Tan cierto. Ineludible.

Y se mueve ...

Y se mueve.
Ahora lento,
luego no tanto.
El vértigo
en la parada
inesperada
en tu regazo.
El placer,
como promesa,
ya.

Hiero y ...

Hiero y
niego.
Tan cercano
el error, como aquel
lejano perdón
no sentido.

Alarga ya el día ...

Alarga ya el día.
El tiempo y
su juego tramposo.