Y yo,
con la total conciencia de las cosas
que da el dolor,
me empapo en alcohol
por dentro y por fuera.
Y yo
pierdo la conciencia de todo lo bueno
y de todo lo malo.
Sólo existo y no me preocupo,
nada duele. Todo está bien.
Y luego afirmo,
en mi total soledad,
que soy poeta.
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