Toda dispersión implica movimiento y, por tanto, tendencia a la quietud.
Pasa el tiempo y quedo quieto en mi atalaya, preso del sol y del viento, sin entender casi nada.
Puede que el tiempo no esté pasando, puede que esté viniendo y puede también que tengamos miedo.
Puede que el tiempo no esté pasando, puede que esté viniendo y puede también que tengamos miedo.
ResponderEliminar